¿Por qué no hay libertad en el Sistema Privado de Pensiones?
Con libertad todos ganamos
En el Perú, siempre hemos sabido que las pensiones se calculan en función a los aportes, la rentabilidad generada, la comisión pagada, el grupo familiar y la edad, todas estas variables más o menos conocidas. Sin embargo la variable que no se ha mencionado y desde mi punto de vista es la más importante de todas -no la he encontrado en ninguna publicación oficial- es la relacionada con las Tablas de Mortalidad usadas en el Perú, tablas que expresan las probabilidades de muerte desde los veinte años hasta los ciento diez años. En el post Altas ganancias pequeñas pensiones traté de explicar cómo estas tablas son perjudiciales para los afiliados pues ejercen el efecto de disminuir considerablemente las pensiones, habiendo casos en los que dicha pensión es tan pequeña que se obtiene únicamente de la rentabilidad. De esta manera el afiliado no disfruta jamás de todo su fondo. El por qué no se ha mencionado en ningún ámbito estatal, privado o en medios de comunicación puede tener muchas explicaciones, y confieso que la verdadera razón me es esquiva.
Entrevista
Por ello me aventuré en ir a la televisión para explicar la implicancia negativa de estas tablas y proponer alternativas de solución en beneficio -créanme inmenso- del sistema de pensiones y por ende de los afiliados. Esta entrevista se realizó a raíz de un reportaje de RPP televisión en el cual se da a conocer por primera vez la problemática y su perjuicio.
Parto de esta premisa: toda ley se puede cambiar, mejorar, corregir: con cinco millones de afiliados interesados en ello cerrar los ojos a los cambios no tiene justificación. Está claro que en 1992 cuando se creó el sistema no todo podría ser previsto pues era un sistema nuevo en el mundo, quizás por ello se copio tal cual el sistema de Chile. Pero han pasado 21 años y ya sabemos cómo corregirlo. Y lo tenemos que hacer.
Permítame ahondar un poco más a lo dicho en la entrevista. La Tabla de Mortalidad usada para el cálculo de las pensiones en el Perú no es más que un listado de edades que va desde los cero años hacia adelante (0,1,2..…99,100,..,110) con una probabilidad de muerte que se asigna en cada edad. Por ejemplo, según la tabla al llegar a los cien años un afiliado varón tiene 28.8% de probabilidades de fallecer en el año siguiente. Como es lógico a mayor edad la probabilidad de muerte también es mayor. Tenga en cuenta que mientras la última edad de la tabla se más alta (en nuestro caso 110) la pensión será menor. Esto se debe a que el fondo se deberá repartir entre todos los años que viviría el afiliado desde que se jubiló en adelante. En el caso de nuestro sistema de pensiones el fondo se reparte para que alcance desde los sesenta y cinco años (edad de jubilación) hasta los ciento diez años. De esta manera no sorprende que las pensiones siempre son infimas respecto al fondo, -aunque la rentabilidad haya sido óptima y la comisión pagada mínima-. En el caso de la jubilación anticipada el problema es mayor pues el mismo fondo se debe repartir en más años. El argumento oficial para mantener el uso de estas tablas es que algún habitante de nuestro país puede vivir ciento diez años, aunque la probabilidad sea infinitesimal, y por ello habría que guardar pensión para dicho caso. Solo para poner en perspectiva este argumento: en Colombia de cada cien mil habitantes, solo dos de ellos viven hasta los cien años [1], mientras que en Perú al parecer solo hay una persona viva de ciento diez años [2].
Para mejorar el sistema considero lógico que existan al menos dos alternativas cuando se alcanza la jubilación. Si el afiliado opta por dejar su dinero en la AFP la pensión se calcularía hasta los ochenta y tres años, edad que corresponde a la expectativa de vida en el Perú cuando se tiene sesenta y cinco años (las personas que tienen sesenta y cinco años viven en promedio hasta los ochenta y tres años)[3]. Los que vivan más allá de esa edad podrían rescatar el fondo remanente; siendo un fondo privado ciertamente ese debería ser un derecho. La otra alternativa es la que proporciona la libertad de retirar todo su dinero de la AFP y ponerlo en una institución financiera. Esta le asegurará una pensión que podría duplicar la pensión de la AFP, sin tocar su fondo, y además, sin el riesgo de perder parte del mismo debido a las rentabilidades negativas. Si esto le parece inverosímil puede revisar las tasas de interés pagadas por CTS y a plazo fijo en la página de la SBS (sin pago de comisión por supuesto), y de paso revisar las rentabilidades reales de las AFP en los últimos años (con pago de comisión por supuesto) [4]. El afiliado podría optar por recibir un porcentaje de su capital año a año, es decir recibiría una rentabilidad mensual y una parte de su fondo anualmente, u otras opciones de rescate de fondos que se planteen en la reglamentación.
Por último estas medidas incrementarían sustancialmente la cobertura en el Sistema Privado de Pensiones pues muchos afiliados querrán migrar desde la ONP a las AFP debido a las reformas expuestas y su gran beneficio. Es decir, todos ganamos.
¿Por qué no hay libertad? Quizás usted tenga la respuesta, la verdad yo no.
Mayor información en AFP, aportes y pensiones
[1] Tablas de Mortalidad. Evaluación del sector asegurador colombiano. Armando Zarruk y otros. Tabla 1.
[2] Información a verificar.
[3] INEI.
[4] Estadisticas SBS